Llamaron a la puerta y les abrió el curandero.
- ¡Ayúdanos, por favor! dijo el dragón. Mi amigo el león
tiene la pata rota y no puede caminar.
- Por supuesto - les respondió.
Y se puso manos a la obra.
A la semana el león estaba totalmente recuperado y
despidiéndose agradecidos, decidieron emprender el viaje de vuelta. Atravesaron
lagos, montañas, campos y bosques. El dragón volaba y planeaba y pasaban a
través de las nubes y volaban con los pájaros. Faltaba poco para llegar de nuevo
a casa y el león pensó que de alguna manera tenía que recompensar al dragón por
todo lo que había hecho por él.Pablo Ortega
viernes, 14 de mayo de 2010
EL DRAGON VOLADOR (TERCERA PARTE)
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cuánta imaginación
ResponderEliminarfelipe
hola pablo,soy la madrs de felipe y me he colado en tu cuento....me gusta....
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